Es normal que te sientas un poco molesta cada vez que ella abraza a tu chico, y eso no significa que seas una paranoica y celosa empedernida. La psicóloga Laura Ottone, de la Fundación Foro ( www.fundacionforo.com), opina que la amistad entre personas de distinto sexo deja latente la posibilidad de que ese vínculo se convierta en otra cosa: “Se puede inhibir el aspecto sexual respecto del otro, como pasa entre familiares. Pero en este caso no hay lazos sanguíneos, y es necesario tenerlo presente”. Sin embargo, en la mayoría de las amistades el hecho de que ella sea cariñosa con él o lo llame por su apodo no la convierte en una amenaza. Para no volverte loca, aceptá de una buena vez que tu hombre tiene un pasado y un presente que te exceden. Esto incluye amigos, experiencias, creencias, gustos e intereses que no tienen nada que ver con vos. “El gran desafío de las relaciones amorosas es asumir que el otro tiene autonomía. A mucha gente le cuesta soportarlo”, asegura la psicóloga Adriana Arteaga, del Equipo de Profesionales de la Salud Mental (www.epsyco.com.ar). Pero estas diferencias no son nocivas, al contrario: “Trabajar con ellas es lo que mantiene viva la pasión”, explica el psicólogo John Gray, autor de Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus. Simplemente, tenés que aceptar el tipo de persona que él era antes de que ustedes dos estén juntos. Y esto incluye a su grupo de amigos (o sea: a ella).
Lo imprescindible
Que te quede claro: es necesario que tengas la suficiente autoestima como para no competir con su mejor amiga. Tené en cuenta que, según afirma la psicóloga Rhonda Findling, autora de No le llames más, “nada aleja más a un hombre que una chica controladora. Ponerte pesada no va a hacer que él te cuide más ni se comprometa de otra forma con la relación. Por el contrario, esa actitud generará más distancia de su parte”.
Entonces, olvidate de hacerle escenas de celos o de actuar por despecho. “Si demandás desesperadamente el amor del otro, vas a terminar anulando el deseo de ese hombre. En vez de tantos reclamos, permitile que te ame. Y para que eso suceda es esencial que primero te quieras a vos misma”, explica Arteaga.
Lo más parecido a un pacto
Si no podés deshacerte del malestar que te provoca la amistad o ves situaciones que son atípicas en ese tipo de relación (un sábado a la noche prefiere salir con ella en vez de con vos, por ejemplo), hablá con él. Muchas veces tenemos miedo de iniciar una charla de ese estilo porque creemos que puede desgastar la pareja, pero es necesario que él sepa lo que vos sentís. “Aunque estés tentada de agarrártela con ella, lo más aconsejable es conversar con él. Después de todo, tu novio está haciendo (o permitiendo) algo que no te hace sentir bien, y esto es un problema. Quizá le cueste poner límites a su amiga porque tiene tan incorporadas algunas cuestiones, que no se da cuenta de cuánto te afectan. Pero debe poner fin a la situación”, dice Ottone. Como le importás, va a contenerte y a apaciguar todas tus dudas. Y si no lo hace, tal vez sea el momento de replantearte la relación.
Qué hacer con una “buscona”
Por más buena onda y tolerante que seas, hay cosas que te sacan. Que ella llene el muro de tu chico en Facebook con mensajes zarpados o se contonee delante de él preguntándole qué tal le queda el jean nuevo, excede los límites de cualquier amistad “normal”. Es obvio: está histeriqueándole. Si estas situaciones son frecuentes, pedile a él que tenga una charla con ella para que evite ciertas situaciones o determinados gestos.
Es inevitable: en alguna salida o reunión vas a tener a esta robanovios frente a frente. Por más que sepas que ella se muere de ganas de destruir tu pareja (y quedarse con tu chico, obvio), no hagas la “Gran Pampita”: nada de agarrarla de las mechas y acusarla de yegua ladrona. Tampoco apeles a las frases agresivas. “Si tirás alguna indirecta, mostrás tu enojo o le gritás delante de todos que tiene que dejar tranquilo a tu novio, probablemente termines peleándote con él. Y esto es justamente lo que ella quiere. Además, vas a quedar como una desquiciada delante de sus otros amigos”, asegura Ottone.
Entonces, saludala con cordialidad e inmediatamente tomá distancia. “No tenés que rivalizar con esa chica porque eso sería perder tu lugar: la novia de él sos vos, y eso no se discute (menos, con ella)”, sostiene Ottone. Ahora, si en medio de la cena ella lo abraza y le refriega por la cara su escote descomunal, mirala y decile: “Me parece que se te está yendo la mano”. Si tu novio entendió tus planteos previos, va a respaldarte. Tiene dos opciones: frenarla o agarrarte de la mano, saludar a todos y retirarse.
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